Mi nombre es Karina Bravo soy coordinadora de la red nacional de Ecuador y coordinadora de la Plataforma de personas que ejercen trabajo sexual, la conformamos 11 líderes de trabajadoras del sexo de Ecuador, Perú, Colombia, Panamá, México, Brasil, Argentina, Nicaragua, El Salvador, Bolivia y Honduras como coordinadora y líder de mi país es importante continuar apoyando a nuestras compañeras que son de sectores pobres, que viven del día a día de su trabajo y necesitan tener recursos para mantener sus hogares.

Desde que comenzó la pandemia la vida de miles de trabajadoras del sexo cambio radicalmente, obligadas a quedarse en casa por cumplir mandatos y ser responsables de nuestra salud y la de nuestra familia, sin embargo los estados han tenido poca o ninguna repuestas a nuestras poblaciones que están  totalmente olvidadas, viviendo en la  indiferencia, un trato degradante sin ningún tipo de asistencia ante esta crisis humanitaria, ya que por el cierre de los lugares donde laboramos, nunca se considerado a las poblaciones claves como las más vulnerables como parte de los programas de ayudas sociales en los países

LOS FONDOS QUE RECAUDEMOS

Recaudar fondos para continuar sosteniendo a nuestras compañeras que muchas de ellas  son mujeres adultas mayores, con VIH, madres de niños pequeños, mujeres Emigrantes, Y para continuar entregando a más mujeres Trabajadoras del sexo en estos momentos que la crisis económica también nos está precarizando Kit de Alimentos, Kit de Aseo, transferencia económica para pagos de arriendo, servicios básicos y es importante para nosotras.

Lo poco que hemos conseguido ha sido para solventar a una ya están en calle en busca de dinero para poder solventar sus necesidades, pero cada vez   que

desde el mes de marzo que inició la Emergencia Sanitaria por la pandemia del COVID-19 en América Latina, la mayoría de las organizaciones de trabajadoras del sexo, decidimos apoyar por tema de seguridad y salud de nuestras compañeras, nos sumamos y acogimos a la campaña #quedateencasa, como repuesta a cuidar nuestra la salud, de la familia y del entorno de la comunidad, frente a esta emergencia, los Estados tomaron diferentes medidas preventivas, entre ellas:

• Autoaislamiento social para las personas en situaciones de vulnerabilidad.
• Medidas de distanciamiento social y físico
• Toque de queda que rige dependiendo del país, sea todo el día, o a partir de horarios que ha generado gran dificultad y violación de derechos para las mujeres trans.
• Cierre total de todas las zonas de trabajo sexual, los bares y pensiones.

La solidaridad y sororidad es lo que nos ha mantenido en pie y comenzar a definir estrategias de que vamos hacer y cómo salir adelante solas, sin repuestas del Estado.

• Nuestros derechos son vulnerados, ignorados realmente, no existe la igualdad material, continua la discriminación, estamos solas y solas saldremos adelante.

• Inician con ayudas humanitarias, reparten víveres, pero a ciertos grupos, son los Estados quiénes deciden, “quien tiene derecho a alimentarse”, “quien tiene derecho a vivir”. Muchas mujeres trabajadoras del sexo han fallecido por falta de atención médica por el COVID-19,

Las repuestas de los Estados en los países ha sido de diferentes formas, pero en ninguna de ellas han sido ayudas alimentarias o bonos  humanitaria o de emergencia. Los Estados han mirado a nuestras poblaciones con estigma, marginandonos sobretodo en esta situación de crisis sanitaria por el COVID-19.